POR: TANIA IBAÑEZ BECERRIL
La violencia contra las mujeres se ha vuelto algo muy común, incluyendo los feminicidios, ya que pareciera que ya no nos asombra la cantidad de mujeres violentadas, desaparecidas e incluso encontradas sin vida.
Aún más desafortunados son los comentarios ante casos de violencia, que se ven en redes sociales, culpando a la víctima «porque seguramente eso le pasó por algo que ella provocó» «porque su fuera una mujer de casa y tranquila no sería violentada», estos comentarios son el reflejo de una sociedad misógina que sigue normalizando la violencia y estigmatizado a las víctimas. Ante una cultura misógina instaurada en la sociedad mexicana es complejo que una mujer decida denunciar o salir de su ciclo de violencia.
De acuerdo con los datos Del INEGI, de enero a junio de 2020 se reportaron 132,110 llamadas de emergencia relacionadas con presuntos actos de violencia contra mujeres y niñas.
Por su parte, la Red Nacional de Refugios reporta que tan solo en los primeros cinco meses de 2021, al menos 13,631 mujeres huyeron de casa con sus hijas e hijos debido a la violencia que enfrentaban.
Las cifras anteriores nos muestran que los niveles de violencia son alarmantes y que faltan acciones estrategias para atender la situación de violencia que atraviesan miles de mujeres día a día.
La violencia hacia la mujer, aún está normalizada e invisibilizada, y es aún más complejo erradicarla, cuando hay una falta de confianza en las autoridades e instituciones de procuración e impartición de justicia, la mayoría de las mujeres no denuncian las situaciones de violencia que atraviesan y, quienes lo hacen, se encuentran con una realidad de impunidad y con la falta de acceso a la justicia.
Imagen: Autoría a quien corresponda
Desafortunadamente, a pesar de que las instituciones le digan a la mujer que denuncie, al mismo tiempo la llaman a conciliar, no le dan medidas de protección, la Re victimizan y permiten que el agresor siga ejerciendo poder sobre ella y su red más cercana, vulnerando su derecho al acceso a la justicia y evidenciando, una vez más, que existen desigualdades estructurales que están presentes y que no pueden seguir ignoradas.
Es evidente la urgencia de la impartición de justicia con perspectiva de género, ya que de acuerdo con las cifras del Censo Nacional de Procuración de Justicia 2020, en México solamente existen 3 mil 462 agencias del ministerio público de las cuales únicamente, 250 están especializadas para atender casos de violencia contra las mujeres. Esto significa que solo una agencia debería dar atención a más de 100 mil mujeres.
Hoy más que nunca se necesitan mecanismos efectivos para una impartición de la justicia con perspectiva de género, se deben respetar los derechos de las víctimas de violencia, el acceso a la justicia y su bienestar tienen que ser la prioridad y no los prejuicios sin conocer su historia.
Quienes imparten la justicia y la sociedad en general, tienen una deuda histórica con las mujeres.
«La justicia nunca más debe estar condicionada por el género»
«Juventud y Experiencia Caminado de la Mano»